Cuando hablamos de transición energética nos referimos a la realización de un cambio significativo en el sistema predominante para enfrentarnos a uno de los desafíos más importantes de la humanidad: la sostenibilidad del planeta. Se trata de un impulso que comenzó hace casi una década para promover el desarrollo de energías renovables. Por eso, la transición hacia un nuevo modelo energético es fundamental para seguir avanzando, pero ¿qué necesitamos para conseguirlo?

 

Los aerogeneradores, los paneles fotovoltaicos o los vehículos eléctricos necesitan de diferentes metales o minerales. En el primer caso, los aerogeneradores hacen uso de imanes para mejorar su eficiencia energética que requieren de boro, neodimio, disprosio o praseodimio. Los paneles, aparte de materiales nombrados previamente, también hacen un uso elevado de plata para conectar elementos, causando menos pérdidas gracias a su baja resistividad. Y, por último, los vehículos eléctricos son, quizás, los que más necesitan de este tipo de materiales, ya que el motor eléctrico tiene requerimientos similares a los de los aerogeneradores, necesitando litio, cobalto, níquel y grafito para su funcionamiento.

 

Producción responsable y local de materias primas, una prioridad europea

 Por este motivo, la actividad extractiva a nivel global es primordial para lograr la transición energética y lograr una economía circular que mantenga la sostenibilidad de la Tierra. Y es que, la minería es parte de la solución para profundizar en la economía circular y en la reutilización de los materiales mediante el reciclaje.

 

Sin minería, no hay transición energética

El cobre, el litio, el grafito, cobalto o níquel son primordiales para la economía. El Banco Mundial estima que durante los próximos 30 años será necesario extraer 3.000 millones de toneladas de minerales y metales para impulsar la transición energética mundial. Y, hoy en día, gracias a la minería moderna podemos llevar a cabo la extracción de materiales de una forma sostenible.  Además, España es una de las grandes reservas de litio, zinc, plomo, wolframio, coltán, vanadio, cobalto o tierras raras, lo que supone que la extracción de estos materiales es completamente viable en nuestro país, lo que fomentaría la producción responsable y local de materias primas.

 

Tecnología y minería

Las nuevas tecnologías son y serán una de las palancas para la transición energética en todos los sectores industriales y no existen nuevas tecnologías sin minerales. Los móviles y cualquier otra tecnología de cierto desarrollo técnico se realizan a través de microchips, y la tendencia va a seguir al alza. Un estudio de la Agencia Internacional de Energía estima que la demanda de litio aumentará en el mundo 4.200 por ciento; la de grafito, en un 2.500 por ciento; la de níquel, en 1.900 por ciento, y tierras raras, en 700 por ciento.

Por mucho que se apueste por el conservadurismo a ultranza es imposible cumplir los acuerdos internacionales a los que han llegado los diferentes estados sin la extracción mineral. Los Pactos de Paris, la Conferencia por el Clima de Glasgow… todas ellas conciben la extracción de metales y minerales como una vía imprescindible para el desarrollo industrial y tecnológico del sector energético enfocado al cumplimiento de los retos ambientales del futuro. La transición energética tiene que ir de la mano del desarrollo económico, para que la apuesta por nuevos modelos productivos pueda sostenerse hasta que sean plenamente compatibles y rentables. Ningún proyecto empresarial de nueva creación tiene programado un beneficio en sus primeros años, por eso es necesario que economías complementarias suministren los aportes que el nuevo modelo no pueda proporcionar.

 

Además, la innovación en la minería es una apuesta de futuro, ya que la aparición de nuevas técnicas permitirá extraer materiales con menor impacto ambiental y más eficiencia. Lo que, a su vez, posibilitará que haya más materias primas y que se aumente la financiación de nuevas tecnologías, siguiendo con una economía circular que optimice de forma exponencial la minería y la transición energética.