La seguridad de los trabajadores de la minería en España (I)
El oficio minero tradicionalmente ha estado relacionado con unas condiciones laborales precarias, marcadas por la dureza, el agotamiento físico, la mala remuneración y la falta de seguridad. Hoy en día, esta concepción de la profesión pervive en la sociedad fruto del desconocimiento de la evolución que ha experimentado la sociedad, el sector y el oficio a lo largo del tiempo. En las últimas décadas, se han producido importantes avances en la gestión de la seguridad en la minería en España, con la implementación de medidas y tecnologías innovadoras que han mejorado significativamente tanto la seguridad de los trabajadores como el respeto por el entorno.
La minería es una actividad en la que la prevención de riesgos juega un papel crucial, pues las minas son un entorno proclive a los incidentes de no contar con altos estándares de seguridad. El sector es consciente de ello y por eso se ha trabajado incansablemente para velar por la integridad de los trabajadores.
Una legislación que vela por la seguridad de los trabajadores
La ley que regula la actividad extractiva en nuestro país es la Ley de Minas que, a lo largo de los años, se ha ido adaptando mediante diversos Reales Decretos y Reglamentos, ajustándose a las necesidades actuales, la realidad del momento, las exigencias medioambientales y la protección del territorio. Esta ley establece requisitos rigurosos en términos de seguridad en el lugar de trabajo, prevención de riesgos laborales, control de contaminación y restauración ambiental que las empresas mineras están obligadas a cumplir.
Esta ley establece en su artículo 33 que los titulares de derechos mineros deben elaborar un plan de seguridad y salud que incluya la identificación y evaluación de riesgos laborales, la planificación de medidas preventivas y de emergencia, y la formación y capacitación en materia de seguridad y salud para los trabajadores. Esto incluye la formación en el uso correcto de equipos de protección personal, la identificación y evaluación de riesgos, y la respuesta adecuada en caso de emergencias. Por tanto, el personal minero hoy en día está altamente formado y cualificado para ejercer sus labores con la máxima prevención de riesgos y mínima ocurrencia de accidentes.
Así mismo, el artículo 39 contempla la obligatoriedad de establecer comités de seguridad y salud en la mina, integrados por representantes de la empresa y los trabajadores, para coordinar las medidas preventivas y de emergencia en materia de seguridad y salud en el trabajo.
Además de las disposiciones de la Ley de Minas y la legislación general en prevención de riesgos laborales que rige en España, existen en nuestro país normas específicas en materia de seguridad minera:
- Real Decreto 863/1985, de 2 de abril, por el que se aprueba el Reglamento General de Normas Básicas de Seguridad Minera (BOE nº 140 de 12 de junio).
- Real Decreto 1389/1997, de 5 de septiembre, por el que se aprueban las disposiciones mínimas destinadas a proteger la seguridad y la salud de los trabajadores en las actividades mineras (BOE nº 240 de 7 de octubre).
- Real Decreto 3255/1983, de 21 de diciembre, por el que se aprueba el Estatuto del Minero (BOE nº 3 de 4 de enero).
Falsos mitos en torno a la minería III: la extracción de oro
En publicaciones anteriores repasamos algunos de los mitos más extendidos en torno a la minería que, aunque han quedado completamente desfasados de la realidad actual del sector minero, todavía siguen siendo frecuentes entre la opinión pública. En el post de hoy desmentimos dos falsas ideas acerca de la extracción de uno de los metales más valiosos, necesarios y demandados de nuestro planeta, el oro.
La demanda de oro podría satisfacerse sin necesidad de que exista la minería
El oro ha sido desde la antigüedad, y continúa siendo en la actualidad, uno de los materiales más valiosos y demandados del mundo, ya que su uso es fundamental e insustituible en diversos sectores estratégicos como la medicina o la ingeniería aeroespacial, entre otros.
El último informe emitido por el Consejo Mundial del Oro, la demanda de este metal precioso se ha incrementado un 18% en 2022, situándose cerca de las 5.000 toneladas, una cifra que no se alcanzaba desde hace una década.
Según los datos del informe, en 2022 la oferta total de oro aumentó un 2 % y alcanzó las 4.755 toneladas. De esta cantidad, tres cuartas partes vienen de la actividad minera (3162 toneladas) mientras que las ganancias de la oferta de reciclaje fueron poco significativas, lo cual constata que el sector de la extracción sigue siendo imprescindible en el contexto actual para dar respuesta a la demanda global de oro.
Los datos indican que la necesidad creciente de dicho material proviene principalmente de los bancos mundiales, que han solicitado la mayor cantidad de este metal en 55 años, con el objetivo de diversificar sus reservas y tener una mayor independencia del dólar.
El metal amarillo ha sido tradicionalmente un valor refugio excepcional para las economías mundiales ya que, en tiempos de incertidumbre y turbulencia en los mercados, es un activo que mantiene su valor o incluso lo aumenta. Por ello, los bancos centrales aumentan sus reservas de oro en momentos de inflación y crisis, como el que estamos atravesando actualmente, para proteger el valor de su moneda. En estos casos también aumenta la inversión en oro de particulares para proteger sus capitales ante la devaluación monetaria.
La extracción de oro supone un grave impacto para el medioambiente
La creciente demanda de oro en el ámbito internacional ha motivado que muchos yacimientos que se encontraban extinguidos o paralizados alrededor del mundo hayan vuelto a ponerse en marcha en los últimos años. Esta reactivación de la actividad también ha puesto sobre la mesa viejos debates sobre el impacto nocivo de la minería en el medioambiente y la sociedad, unas afirmaciones que es necesario desmentir ya que están desfasadas de la realidad actual.
En los últimos tiempos, la tecnología ha dado grandes pasos para evitar los daños que la actividad minera provocaba en el pasado. Además, el sector de la industria minera se ha marcado el objetivo de reducir sus emisiones a cero para el año 2050. En este sentido, una de las iniciativas actuales más destacables es la de la mina de oro de Borden, en Canadá, la primera del mundo que funciona con máquinas subterráneas impulsadas con energía eléctrica y controladas a distancia.
Los avances tecnológicos han ido a la par del desarrollo de una legislación más estricta en la protección medioambiental, con la aprobación de normas que regulan las emisiones, los vertidos y el uso de sustancias nocivas como el cianuro en las explotaciones. De esta forma, si un proyecto minero es aprobado es porque no supone un riesgo para el entorno.
En definitiva, no cabe duda de que el oro es uno de los recursos naturales más útiles para el ser humano debido a sus inigualables propiedades y numerosas aplicaciones. Es por ello que su demanda no cesa y, de hecho, está en auge. La actividad minera continúa siendo imprescindible para que podamos seguir aprovechando las bondades de este metal precioso, llevando a cabo las actividades extractivas con riguroso respeto por el entorno y dentro de los márgenes reglamentarios vigentes.
Minas antiguas recuperadas como atractivo turístico
Minas antiguas recuperadas como atractivo turístico
En la actualidad, cuando un proyecto de explotación obtiene los permisos pertinentes para efectuar su actividad, lleva consigo también la obligación de restaurar y rehabilitar el uso de la zona, avalando económicamente la financiación de esta obligación. Los criterios y la legislación en este aspecto han evolucionado a lo largo de la historia y en el pasado han sido diferentes en cuanto a la tecnología disponible y la sensibilidad social y corporativa. Hoy en día, algunas explotaciones antiguas cuya rehabilitación no estaba tan desarrollada en su tiempo, han permitido su reapertura con usos vinculados al ocio y la cultura como centros de aventura, museos o parajes naturales.
El mayor complejo minero restaurado de España se encuentra en As Pontes. La antigua mina de lignito a cielo abierto que funcionó desde los años cuarenta del siglo XX es hoy un lago de 865 hectáreas rodeado de árboles, con 217 tipos de especies vegetales y casi 200 especies animales.
No obstante, en el pasado y por diferentes razones algunas explotaciones mineras cesaron en su actividad, bien por agotamiento de los recursos explotados, cambios en la utilidad de los materiales producidos, falta de rentabilidad económica o incapacidad técnica para resolver problemas ligados al avance de la explotación. Los criterios y legislación de aquellos tiempos no exigían ningún tipo de rehabilitación o lo era de carácter muy liviano. En consecuencia, algunas de ellas han permanecido en nuestro entorno y en muchos casos han sido reutilizadas y rehabilitadas como espacios de ocio, cultura y entretenimiento:
- Mega Caverna de Louisville. Situada en Estados Unidos, esta antigua cantera de roca funcionó durante más de 42 años a mediados del siglo XX. Gracias a esta explotación se construyeron las carreteras del país, especialmente en el sur. Hoy se ha convertido en un lugar cubierto de piedra caliza capaz de resistir los tornados que azotan el país con una temperatura constante en su interior. Un lugar en el que, además, podemos aprender la historia del lugar desplazándonos a través de tirolinas subterráneas.
- Salina Turda. De Estados Unidos nos trasladamos a Rumanía, a una antigua mina de sal subterránea que se remonta al año 1075 y que, en la actualidad, se utiliza como centro de haloterapia y atracción turística. Los visitantes pueden ver los antiguos equipos que se utilizaban para la extracción de la sal, así como también ir en barca por el lago subterráneo o experimentar la acústica del anfiteatro.
- Parque minero Almadén. En España también tenemos algún caso de antiguas minas que siguen presentes en nuestro entorno. Es el caso del parque minero Almadén, que cesó su actividad en 2003 pero que es de las más antiguas y productivas del mundo. Hoy, son un viaje al pasado donde podemos aprender sobre esta explotación con recreaciones interpretativas, audiovisuales, maquetas y experimentos interactivos.
- Parque de Cabárceno. Pocos jóvenes sabrán que, el parque de Cabárceno ha sido, desde tiempos de los romanos, otro caso español de una explotación de hierro. El mineral fue extraído hasta el año 1989 y fue transformándose posteriormente en lo que es hoy el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, un lugar que acoge más de 120 especies animales de los cinco continentes que viven en semilibertad, distribuidos en recintos de grandes superficies donde coexisten una o varias especies.
- Las Médulas. Por último, la mayor explotación de oro romana convertida en un entorno paisajístico español que son Patrimonio de la Humanidad desde 1997. Un monumento y un espacio natural situadas en el Bierzo en el que, durante el 2022, se han atendido a 88.000 visitantes.
La minería que viene: nuevas tecnologías e inteligencia artificial
En la actualidad, la producción en muchos sectores está en pleno proceso de transformación y adaptabilidad a las nuevas técnicas y tecnologías que se están desarrollando, y la minería no es una excepción. De hecho, según las predicciones de la consultora McKinsey, en 2035, el uso de la minería inteligente estará en pleno apogeo, con la inteligencia artificial como punta de lanza de la reconversión de la industria tal y como se la conoce en la actualidad. Esa misma investigación afirma que, la aplicación de estas vanguardistas técnicas implicaría un ahorro de hasta 390 millones dólares anuales a las empresas del sector minero, cifras realmente significativas. Pero la optimización económica solo es una de las ventajas que tiene la aplicación de nuevas tecnologías y la digitalización en la minería. La robotización colaboraría en la eficiencia de la obtención de las materias primas, así como en la seguridad de los trabajadores.
Por suerte, no tenemos que esperar a 2035 para ver alguno de estos avances en funcionamiento, si no que, algunas de las medidas tienen más cercana su aplicación, como, por ejemplo:
- Sensores integrados en minas inteligentes: estos aparatos permiten conectar el software con la centralita de la empresa, lo que reporta una ingente cantidad de datos obtenidos de forma más rápida, eficiente y barata que con los métodos tradicionales, donde era necesario hacer las lecturas in situ con una costosa instalación y mantenimiento de cableados para una misión que se puede realizar mediante estos sensores y una red inalámbrica.
- Camiones automatizados: El mismo programa informático que se utiliza para el análisis con los sensores inalámbricos es el que manejaría los camiones automáticos, controlando los tiempos y optimizando los viajes al máximo. Esta nueva flota cambia las necesidades de las empresas: de trabajadores conductores a profesionales especializados y formados en el manejo de esta nueva tecnología.
- Seguridad gracias a la predicción y la vigilancia: en cualquier ámbito, cuanta más información se tenga para poder tomar una decisión, es muy probable que la determinación sea más acertada. Siguiendo este razonamiento, el aumento del control y de los datos obtenidos mediante la vigilancia y el análisis de la inteligencia artificial podrá ayudar a operar a las mineras. La posibilidad de tener información y datos de manera muy temprana posibilita la simulación y previsión de escenarios verosímiles que permitan adelantar hipotéticas situaciones negativas en cualquier ámbito, evaluando y en definitiva evitando impactos negativos de la propia actividad minera.
- Nuevas formas de operar: como en cualquier sector, las técnicas utilizadas para, en este caso, la extracción de minerales, se han aprovechado también de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial, pudiendo incidir en el terreno minero de manera mucho más selectiva, con una operación quirúrgica que rellena el hueco inmediatamente después de obtener el material, impidiendo que se provoquen perjuicios al medioambiente.
Cabe destacar que, esta transformación también es relevante en el ámbito educacional, ya que la aplicación masiva de nuevas formas de trabajar requiere de un doble esfuerzo por parte de las empresas mineras como de las instituciones educativas. Ambas deben establecer las pautas para lograr una colaboración mutuamente beneficiosa, en la que debe formarse a los actuales y futuros trabajadores para que puedan desarrollar su empleo de forma eficaz con las nuevas tecnologías, siendo capaces de entenderlas y controlarlas.
La minería es un pilar fundamental para conseguir los materiales que requieren las nuevas tecnologías. Así, es lógico que esos nuevos desarrollos se apliquen también al propio laboreo minero, incrementando la optimización económica, reduciendo el impacto ambiental y mejorando la seguridad y la preparación de los empleados.
Falsos mitos en torno a la minería II
Tal y como explicamos en Falsos mitos en torno a la minería I, existen múltiples prejuicios en torno al trabajo minero, pero gran parte de la leyenda de la minería en España no es cierta o ya no tiene cabida en los estándares actuales. Por lo tanto, es momento de seguir desmintiendo los bulos socialmente aceptados pero que nada tienen que ver con la realidad minera en toda la UE, y especialmente en España en 2022:
Las minas, después de extraer el mineral, no sirven para nada
Es curioso el salto de apreciación que suele haber en este aspecto con las villas y las cuencas mineras: en principio se duda de su utilidad o beneficio, tanto a corto como a largo plazo, para la comunidad y, después de extraer el mineral y haber potenciado socioeconómicamente todo el entorno de la mina, se critica que no sirva para nada. Más tarde, cuanto ser restauran las instalaciones mineras para uso museístico, experimental o turístico vuelve a ser el orgullo del lugar.
Todo este proceso de reconversión que, con tantos buenos resultados, hemos experimentado en España con las antiguas minas romanas, es totalmente replicable cuando se terminen de explotar las actuales. El mejor ejemplo de aprovechamiento de una mina de oro post valor extractivo es, sin duda, las Las Médulas, un enclave declarado Bien de Interés Cultural en 1996, en atención a su interés arqueológico y con la categoría de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Hoy en día es un reclamo turístico internacional y sigue proporcionando a todo el Bierzo unos beneficios económicos y de relevancia que no paran desde principios de nuestra era, y todo gracias a la actividad minera y su progreso.
La minería es una actividad obsoleta de otro tiempo
Un clásico entre los falsos mitos, minusvalorar a la minería catalogándola como una profesión en “blanco y negro”. Sin embargo, no existe una industria más estratégica en el eje de la transición energética y ecológica que los materiales: la mayoría de los avances en sostenibilidad se basan en el uso de nuevas tecnologías, y el pilar básico de estas son los minerales. Por lo tanto, la base para la descarbonización de nuestra sociedad parte de la minería, todo lo contrario a lo que suele inducirse con respecto al sector.
Además, el hecho de que los minerales estratégicos sean tan poco habituales en la naturaleza los hace aún más preciados, por lo tanto, el tener acceso a ellos dota a quien lo posea de una clara ventaja competitiva en el mercado mundial. En España tenemos una gran riqueza mineral, y su explotación permitiría a todo el país posicionarse como un enclave tecnológico y de la transición energética, una posición potencial envidiable con respecto a los países de nuestro entorno.
Por todo lo anteriormente explicado, la minería no solo no es una industria del pasado, todo lo contrario, es la mayor y mejor apuesta de futuro para una sociedad cuyo objetivo es ser climáticamente neutra y libre de carbono: la sostenibilidad es minería.
La legislación sobre minería es muy permisiva
Otro bulo entre la sociedad española y cuyo único origen es el tratamiento de los medios de comunicación de la minería del carbón y de las difíciles condiciones laborales de la minería antaño. Pero si por algo se ha caracterizado la minería es por protagonizar la lucha por un trabajo digno, seguridad, buenos salarios y todo tipo de mejoras laborales. Se recuerda esa lucha y esos avances, pero no se actualiza la visión de la minería, un hecho incomprensible. Aún por encima, cualquiera que se interese un mínimo por la minería sabría diferenciar las necesidades y requisitos de cada tipo de minería. Pero sin entrar en tanta especificación, la propia legislación española es muy exigente, tiene estándares propios muy altos en términos de calidad y seguridad, similares a los de países del norte de Europa. Si alguien quiere más concreción puede consultar Legislación minera en España: exigencia pura, una recopilación de todo el régimen jurídico que regula la minería en España.
En definitiva, hoy en día la extracción de cualquier material no es perjudicial para el medioambiente si se hace acorde a la ley vigente y con la tecnología adecuada y moderna. La evolución de este sector y la correspondiente legislación actual han logrado que, actualmente, la minería sea una apuesta sostenible para lograr la transición energética.
La minería se reúne en Sevilla para trazar su futuro más sostenible
No existe mejor escenario en Europa ni en España que Andalucía para acoger la Mining and Minerals Hall (MMH), la gran cita europea de la minería que tuvo lugar la semana pasada en Sevilla. ¿La razón? Aproximadamente el 90% de la facturación española de minería se encuentra en esta comunidad, a pesar de que el crecimiento de proyectos mineros está en plena expansión en todo el país. Con un total 10.000 visitas a la zona expositiva y 1.001 congresistas de 39 nacionalidades de todos los continentes, esta cuarta edición ha contado con la participación de 180 empresas expositoras y 115 ponentes nacionales e internacionales de primer nivel.
El evento concentró a lo más granado de la minería mundial para tratar las cuestiones relevantes del sector como las novedades tecnológicas, la minería sostenible y la importancia de los minerales en la transición ecológica y energética. Pero una vez pasado un tiempo de la pandemia provocada por la COVID-19, el congreso ha servido para obtener diferentes conclusiones con respecto al sector minero en el pasado y sus posibilidades futuras:
- Las medidas extras de seguridad y prevención han sido eficaces, y los protocolos rigurosos implantados en España en el campo de la minería han sido exportados a otros países.
- La producción, a pesar de todos los retrasos y coyunturas adversas que supuso la pandemia, se ha mantenido e incluso ha aumentado, lo mismo que la demanda de minerales. Las expectativas, tanto de producción como de empleo en el futuro, son también favorables.
- Se han dado grandes pasos hacia la compatibilidad de los proyectos mineros con el medioambiente, haciendo de la minería una apuesta segura y sostenible a la par que rentable. Además, la apuesta del sector por la descarbonización es total: desde la energía hasta el transporte, pasando por cada uno de los escalones de la cadena de valor minera. Todos los nuevos proyectos vienen con una perspectiva sostenible, con vehículos eléctricos, aerogeneradores, paneles solares y todo tipo de baterías experimentales y respetuosas con el medioambiente. También los que están en activo están realizando una importante labor de reconversión de su producción acorde con los valores anteriormente mencionados.
Pero, sin duda, la evidencia más clara que ha escenificado la Mining and Minerals Hall (MMH), es la necesidad de reafirmar la importancia estratégica de la minería como sector esencial que dinamiza la economía y genera riqueza. Olvidar los complejos del pasado que la mayoría de la sociedad tiene en su imaginario colectivo y apoyar los nuevos proyectos mineros en España, los cuales gozan de una potencialidad que se está desaprovechando. De hecho, en la actualidad el sector minero mueve 26.600 millones de euros y genera 320.000 empleos directos e indirectos en más de 4.650 explotaciones y fábricas. Si explotáramos todas nuestras capacidades, España, que ya es un polo internacional referente en innovación y minería medioambiental, se daría un gran salto cualitativo y cuantitativo en todos los niveles.
Por lo tanto, ya sea por no depositar nuestras capacidades productivas y de independencia tecnológica y energética en terceros países, o para poder ejercer una minería responsable con el medio ambiente y los trabajadores, es vital que aboguemos por nuestro país, por nuestra industria y por una minería medioambientalmente segura.
La IV edición del Salón Internacional de la Minería, MMH concluyó con éxito y con la mirada puesta hacia el futuro, mentalizados de que la decisión es simple: los materiales son imprescindibles para la transición ecológica y cada vez lo van a ser más, y en España tenemos grandes reservas.
Legislación minera en España: exigencia pura
Con el paso de los años, el incremento del conocimiento, la tecnología y las demandas sociales, han determinado un mejor conocimiento y gestión de los impactos de la actividad minera sobre el entorno, desarrollándose una amplia regulación legal. De este modo, este sector está sometido a una legislación muy exigente con especial referencia a las circunstancias que se producían en las explotaciones mineras de finales del siglo XX. Y es que, la composición de los vertidos líquidos o las emisiones de polvo o ruidos están completamente regulados, por lo que, si un proyecto extractivo se aprueba, es porque será cuidadoso con el medioambiente y con el entorno.
Si bien la legislación marco corresponde al Estado, cada comunidad tiene sus propios requisitos y ordenamientos con respecto a la minería. Además, el propio ejercicio de las actividades extractivas contempla muchos aspectos más allá de la propia extracción de los minerales. Por lo tanto, no se puede contemplar la legislación minera en un único perfil, sino que debemos ampliar el enfoque a la seguridad de los trabajadores, el control de explosivos, la transformación de materiales, el transporte y un largo etc. En esta publicación trataremos aquella regulación que concierne a la minería en general, y en futuras ediciones nos enfocaremos en cada ámbito de la minería en concreto.
Ley de minas de 1973
Es la ley actual del sector extractivo que rige nuestro país. Se trata de una regulación exigente con los problemas que se producían en las explotaciones mineras de la época, como la contaminación acústica o la restauración del entorno. Una ley que, a lo largo de los años, se ha ido adaptando y actualizando a las necesidades que nos enfrentamos en la actualidad mediante Reales Decretos. Entre ellos, destacan:
- Real Decreto de 1978 que establece un Reglamento General para el Régimen de la Minería, que desarrolla la propia ley de minas con el objetivo marcado en la agilización de los procesos burocráticos y el perfeccionamiento de las condiciones investigadoras sobre minería.
- Real Decreto de 1982 sobre reestructuración de espacio natural afectado por actividades mineras: para que un proyecto salga adelante, es necesario que se elabore y presente un Plan de Restructuración que garantice la rehabilitación del espacio minero.
- Real Decreto de 1995 por el que se fijan criterios de valoración de los proyectos mineros, especificando y ampliando lo establecido en la sección A sobre derechos de explotación de la Ley de Minas.
- Real Decreto de 2002 por el que se declaran como prioritarias las materias primas minerales y actividades con ellas relacionadas para el sector industrial y su declaración a través del impuesto de sociedades.
- Real Decreto sobre la gestión de los residuos de las industrias extractivas y de protección y rehabilitación del espacio afectado por actividades mineras de 2009: como su nombre indica, este decreto regula los residuos resultantes de la actividad de investigación y aprovechamiento reguladas por la Ley de Minas.
- Real Decreto 2016 por el que se establece el procedimiento para la gestión de los derechos mineros y de los derechos del dominio público afectados por la aplicación del ETRS89 (European Terrestrial Reference System) el nuevo sistema geodésico de referencia.
- Real Decreto de medidas urgentes para una transición justa de la minería del carbón y el desarrollo sostenible de las comarcas mineras de 2018: regula el marco jurídico para asegurar una transición justa de la minería de carbón.
Ha habido varios intentos de trámite de una nueva Ley de Minas, pero en general debido a las escasas consultas y participación del sector han sido rechazados en el Congreso por abrumadora mayoría. Cualquier actualización de una Ley de tanta trascendencia a nivel energético, industrial, tecnológico y de transición ecológica debe obligatoriamente incluir de manera profunda a expertos del ámbito académico, empresarial y profesional alejándose lo más posible del ámbito ideológico.
Gervasio Rodríguez, sondista jubilado de la mina: “Existe mucho desconocimiento en torno a la minería en nuestro país: falta mucha educación, cabeza y sentido común “
Gervasio Rodríguez ha trabajado como sondista en diferentes minas de la zona de Asturias durante los años 90. Es, además, experto en maquinaria pesada y, actualmente, jubilado de la mina. Su opinión, conocedora del sector, es representativa de la que muchos antiguos trabajadores y empresas mineras tienen sobre la minería en España. Su perspectiva, viendo la evolución de la industria especialmente en Asturias, difiere mucho de la imagen que la sociedad tiene de la minería:
¿Qué tipos de cargos y funciones tuvo en la minería de oro?
Cuando entré en la mina de Boinás (oro), estuve trabajando con una máquina de sondeos de interior. Es una labor muy importante que consiste en hacer el sondeo para sacar el testigo, donde te marcan las betas los geólogos y ver qué mineral sale. Una vez se ha obtenido el mineral, este debe pasar al laboratorio para ser analizado para comprobar su idoneidad.
¿Cómo ve la situación de la minería actual?
La minería en Asturias no tenía que haberse cerrado, ya que hay material suficiente para 30 o 40 años de energía. Además, este sector conlleva una gran riqueza para todo el entorno, sobre todo en el ámbito rural. No solo debemos concebir el impacto económico de la minería con los trabajadores de la propia mina, sino que su influencia se extiende mucho más allá: cadena entre el transporte, la restauración, la hostelería…
Al final, de lo que muchos no se dan cuenta es de que la pérdida de la minería supone perder el progreso del mundo rural e industrial, así como el liderazgo de una industria donde lo asturianos éramos referentes internacionales.
¿Cómo ha cambiado el pueblo entre el cierre y la apertura de minas?
La mina de Belmonte todavía sigue abierta. Pero el antes de su llegada es un buen ejemplo de lo que implica la minería: antes había solo tres bares y 15 casas como mucho. Íbamos a comer por turnos y había que esperar, porque no había otros sitios. Hoy, gracias al dinero que se ha recaudado por el impacto económico producido por esta industria, ganaderos que tenían simplemente cuatro animales hoy tienen todo un establo con mucho ganado, hasta han podido crear capillas en sus propiedades. La mina sigue funcionando, y, además, la industria llama a la industria: hoy en día tienen eólicos, otra que también da trabajo y producción.
¿Cree que la minería tiene mala prensa? ¿ Por qué?
Mucha gente no sabe realmente de lo que habla. Después, la política tampoco ayuda. Hay una gran evolución de la industria, existe un cambio abismal del sector en la actualidad con respecto a la antigua minería de carbón. Además, ya no solo las condiciones generales de la minería, sino que cambia mucho el material que se extraiga. Una mina de oro y una de carbón no se parecen en nada, y la gente no entiende que no es para nada lo mismo. Por ejemplo, en la minería de carbón hay que tener mucha más ventilación por culpa del grisú, y en la minería de oro necesitas pozos de ventilación y no tienes gases nocivos. Los pozos de ventilación, además, renuevan el aire continuamente y puedes estar tranquilamente trabajando. Tiene muchos menos riesgos, tanto para el trabajador como para el medio ambiente.
¿Qué cree que es lo que ha cambiado desde su época de trabajador?
Antes, como había subvenciones de todos los lados, la política era más activa a la hora de aceptar este tipo de proyectos. La consecuencia del fin de esa política no radica solamente en el cierre de minas, sino que, por culpa de eso, hay un montón de maquinaria por ahí parada, que vale millones. Es un desperdicio absoluto, en lugar de establecer un periodo de reconversión para optimizar recursos y no traumatizar al territorio se hizo de un día para otro. Es algo parecido a lo que pasa ahora con las eléctricas.
Antes ha hablado de las diferencias entre la mina de oro y la de carbón, pero ¿y entre la minería a cielo abierta y la cerrada?
La minería a cielo abierto causa mucho más impacto visual e impacto ambiental. La mina subterránea, como trabajas debajo de la tierra, no tiene estos problemas. Un ejemplo de convivencia puede ser la mina de Minersa, en Solís, allí pasa el río a 100 metros de la bocamina y el ganado está pastando en esa zona sin problema. En la de Belmonte de Miranda, lo mismo. Allí se hizo una balsa para los residuos, la cual tiene metidos siete piezómetros conectados que determinan si hay cualquier escape o cualquier movimiento de tierras.
Además, las minas en televisión han hecho mucho daño a la percepción social que se tiene en España de este sector. Hay programas que explican la minería en otras zonas del mundo pero que no tiene nada que ver con lo que sucede en nuestro país. Falta el factor educacional en este tema, cabeza y sentido común.
Para terminar, ¿qué implicaría abrir la mina de salave?
Si el proyecto Salave, lo que es la mina en sí, da 200 puestos de trabajo, detrás de estos 200 hay más de 1000 puestos de trabajos. Funcionarían los talleres, ya que siempre hay averías, los camiones trabajarían porque el mineral no se va a tratar aquí, los empleados tienen que comer por lo que la hostelería se movería mucho más… Al final es una cadena, se tendrían que abrir más tiendas, zapaterías…etc.
Con respecto al tema ambiental, el emisario que tanto da que hablar, simplemente es para evacuar agua que no está contaminada, son aguas limpias. Durante los sondeos para saber dónde van las vetas, sí se echa un producto a las aguas, GS, un polvo que se disuelve en agua, pero se trata simplemente de una especie de jabón para que el sondeo siga funcionando. En Boinás se hicieron depósitos para las aguas subterráneas, los cuales la recirculan a la planta, pero siempre se mueve en un circuito cerrado. Es agua limpia que puede servir también, con el movimiento, para generar energía. De esta manera, la mina podría llegar a ser neutra en consumo y generación de energía, tal y como pasa en la fábrica de Ence. En definitiva, el proyecto Salave sería la mejor solución laboral, económica y de desarrollo para Tapia de Casariego.
Muchas gracias, Gervasio, por tus interesantes opiniones sobre la minería. Siempre es un gusto conocer la visión de parte importantísima para el sector, como lo son los trabajadores. Una perspectiva desde dentro y que, además, entiende la evolución del sector y la posible convivencia del mismo con el resto de actividades. Ha sido un placer compartir esta charla y debatir también sobre la importancia que tiene la extracción de materias primas para lograr la transición energética.
Falsos mitos en torno a la minería
La minería es una actividad que data de tiempos inmemoriales y España siempre ha contado con una gran tradición minera. Ello, como cualquier otra situación, conlleva aspectos positivos y negativos, por un lado, la minería española ha sido referencia y elemento de desarrollo, pero también ha habido ciertos clichés que se han posicionado en el imaginario colectivo de la ciudadanía que, hoy en día, no tienen razón de ser o sencillamente son falsos. En esta publicación trataremos de arrojar un poco de luz en torno a alguno de los asuntos más errados de la leyenda negra de la minería.
La minería no es compatible con otras actividades
Este es uno de los argumentos más utilizados hoy en día en contra de la minería: que esta no puede convivir con la agricultura, la ganadería o el turismo. Por suerte existen multitud de ejemplos que demuestran lo contrario con explotaciones en activo funcionando en armonía con otras actividades tradicionales locales. Y tras la finalización de la actividad minera y su rehabilitación ambiental se convierten en ampliaciones complementarias de las economías locales como ocurre en las cuencas mineras que han devenido en reclamo turístico, con el fin de su actividad, o la reserva de Cabárceno en Cantabria que ocupa la localización de antiguas minas de hierro. Si miramos hacía el pasado en España tenemos un ejemplo muy claro en las Médulas de León, una antigua mina de oro romana que es uno de los mayores reclamos turísticos de la comunidad.
En cuanto a la agricultura, existen diversidad de proyectos, con especial énfasis en Sudamérica, que compatibilizan ambas actividades. De hecho, incluso algunos tipos específicos de agricultura son potenciados en entornos mineros.
La minería es perjudicial para el medioambiente
Esta afirmación es probablemente la más repetida por aquellos que se posicionan contra la minería, sin embargo, una mentira repetida un millón de veces no la convierte en realidad. Lo cierto es que la minería es uno de los puntales de la transición ecológica, es imposible concebir la sostenibilidad medioambiental sin minerales. El desarrollo sostenible sobre el que se debe sustentar la economía del futuro, tal y como afirman los ODS de la ONU, resulta inconcebible hoy en día sin la minería.
En Asturias, esta leyenda negra probablemente provenga de la tradición existente de la minería de carbón y, como este es un combustible fósil, sirve para argumentar que toda la minería es perjudicial para el medio ambiente. Se trata de la típica falacia de la composición: creer que una determinada parte de un todo es la que caracteriza a todo el conjunto en sí mismo. Existen diversidad de modalidades de minería y de métodos extractivos, así como tecnología pionera que nada tiene que ver con la de antaño que se sustentaba en contextos, normativas y percepciones completamente diferentes a las actuales.
Además, no se debe confundir el ecologismo con el conservacionismo medioambiental. El primero aboga por un desarrollo compatible con la naturaleza, de forma que la huella de la actividad humana no desestabilice o acabe con un hábitat. El segundo argumenta que cualquier cambio en la naturaleza es perjudicial, que el inmovilismo es la única respuesta posible para no perjudicar la naturaleza, impidiendo que progrese ni que se desarrolle ningún tipo de actividad. La minería mueve la naturaleza, pero para producir productos y servicios que permitan que la actividad humana sea ecológica, que haya un concepto circular del desarrollo, haciéndola sostenible y medioambientalmente compatible.
Las condiciones laborales en la mina son malísimas
Volvemos a un asunto descontextualizado y anacrónico. Hoy en día es una rotunda falsedad. En Asturias este mito se extendió a partir de las explotaciones de carbón de la cuenca, con niveles importantes de peligrosidad con la tecnología de la época, muchos accidentes laborales y alto nivel de mortalidad. La evolución de la minería en las últimas décadas permite que la situación, en la España actual sea totalmente la contraria: la legislación española sobre seguridad laboral en minas es garantista y por ello, los índices de accidentes laborales en minas y canteras son mínimos, casi inexistente en comparación con otras profesiones que no tienen a su alrededor tanta mala fama como la minería.
El pasado las condiciones eran duras con nuestra perspectiva actual y significo que la lucha de los mineros y las organizaciones sindicales por cambiarlas fuera mayor que en otros sectores, gracias a esa lucha los riesgos laborales de la gente que trabaja en una mina en la actualidad son mucho menores que en la construcción, la industria y la pesca. Tanto los trabajadores como las compañías pusieron un gran esfuerzo por la seguridad y la innovación, dando como resultado un sector minero español seguro, con empleos modernos, bien remunerados y buenas condiciones laborales e imprescindible para el desarrollo sostenible y la transición ecológica.
La minería como generador de empleo, riqueza y mejoras socioeconómicas y laborales
Si miramos hacia atrás, el punto de inflexión en este sector (y en muchos otros) está marcado seguramente por la Revolución Industrial. Con su llegada se desarrolló la colectivización con agrupaciones y asociaciones mineras como los sindicatos. Las condiciones, en la mayoría de trabajos, eran ciertamente precarias en aquella época. En la actividad minera, se “carecía de expectativas laborales, garantizaba en poco tiempo el agotamiento físico, un rápido deterioro orgánico por la deficiente iluminación y la permanente inhalación de partículas de polvo; y, con excesiva frecuencia, no ofrecía más horizonte que la sombría amenaza del accidente mortal”, explica Ramón García Piñeiro en su publicación La minería del carbón en Asturias: un siglo de relaciones laborales.
Al ser un trabajo tan duro llevó a que los mineros protagonizaran las reivindicaciones y diferentes luchas sociales y laborales. Si bien es cierto que la revolución industrial llegó a España con menos fuerza que a otros países de nuestro entorno, los avances sociales sí que se lograron, en especial, gracias al esfuerzo de la clase obrera liderada por los mineros. Las reducciones de las jornadas laborales eternas, vacaciones pagadas, seguros médicos, equipamiento de trabajo digno, salario mínimo, excluir a menores de la población activa… son algunos de los muchos logros que se alcanzaron gracias a la lucha obrera liderada en muchos casos por los mineros.
El desarrollo de explotaciones mineras, además de progresar y consolidar derechos laborales, ha sido y será una fuente de empleo y riqueza. El caso asturiano es realmente significativo: desde que comenzó el cierre de explotaciones la población ha experimentado una regresión exponencial. De hecho, solo Asturias, Extremadura y Castilla y León tienen saldo poblacional negativo desde 1971, a pesar de que la cifra de habitantes en España no ha parado de crecer. Evidentemente, la minería no es la única razón de este despoblamiento, sin embargo, esa tendencia se incrementó en Asturias desde los años 90, cuando los planes del carbón se llevaron 25.000 millones de fondos públicos a partir de 1990 para el cierre de minas, según cifras del Ministerio de Industria.
Más allá de los ejemplos diacrónicos sobre el decrecimiento poblacional rural y en zonas mineras, puede observarse desde la óptica contraria: la creación de minas como generación de empleo, riqueza, comercio, servicios sociales… Una industria tan grande como la minería, cuando se implanta en un territorio genera gran cantidad de empleos directos e indirectos. Y es que no solo se necesitan las industrias suministradoras y comercializadoras de la mina (como transporte, transformación, maquinaria etc.), sino que también es necesaria la construcción de viviendas, escuelas, centros de salud, infraestructuras… Es una oportunidad para frenar el éxodo y abandono rural y recuperar los trabajos, las comunicaciones y el verdadero estado de bienestar para el interior asturiano.
Dentro de las potencialidades que existen en Asturias para la mejora socioeconómica de sus habitantes gracias a la minería, son los ayuntamientos costeros los mejor posicionados para acoger actividades industriales, hasta el momento las verdaderas “locomotoras” de la comarca. Las aceptables conexiones digitales facilitan las actividades administrativas y la monitorización de los procesos productivos; las buenas infraestructuras de comunicación permiten no sólo una rápida salida a los mercados, también una gestión ágil y precisa de suministros y servicios complementarios; la preexistencia de suelo industrial facilita el crecimiento y asentamiento de nuevas empresas auxiliares; los servicios y equipamientos actuales son fundamentales para la actividad y para los trabajadores que fijen su residencia en la comarca.
Por ello, el establecimiento de una actividad de tipo minero industrial en el área costera - siempre que respete de forma rigurosa la normativa ambiental- podría ayudar de manera clara en la fijación de población y en la mejora de condiciones de vida de sus habitantes.